Roma, año 96 d.C. Un perfecto plan mal ejecutado cambia repentinamente el curso de la historia en el imperio: se precipita una Guerra civil donde entran en juego la guardia pretoriana, delatores, poetas y gladiadores que avanzan a todo por las alcantarillas de Roma sin que nadie pueda detenerlos. El resultado final:
la muerte del emperador Domiciano y el ascenso de Nerva como nuevo emperador.
Pero cuando Nerva muere repentinamente dos años más tarde, las responsabilidades del poderoso imperio romano caerán en los hombros de su hijo adoptivo, Trajano, pese a que este no nació en lo que sería la futura Italia: su nacimiento se produjo en la provincia de Hispania, en un poblado cercano a lo que es la actual ciudad de Sevilla.
¿Cómo un militar de la Bética pudo sobrevivir al mandato despótico de Domiciano y acabar siendo el primer emperador no itálico de Roma?
Un hombre que supo mantenerse en la sombra para sobrevivir al reinado de Tito Flavio Domiciano, dispuesto a condenar a muerte a cualquiera que destacara en el ejército o la política. Un hombre que, sin embargo, terminaría por llevar el imperio a su máximo esplendor.
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