El modo de actuar de los romanos causó tal terror en las ciudades judías que la mayoría se rindieron sin oponer resistencia mientras miles y miles de judíos huían aterrorizados hacia Jerusalén. En la Ciudad Santa, el jefe de los zelotes, Juan de Giscala, inició una purga de "sospechosos" en la que fueron asesinados centenares de judíos. Los sacerdotes, apoyados por la mayoría del pueblo, les atacaron en el Templo y quedaron asediados allí, pero en su ayuda llegaron los idumeos que les liberaron y ambos grupos, zelotes e idumeos, se dedicaron a asesinar a centenares de sacerdotes y "sospechosos". Jerusalén se tiñó de sangre. Los cristianos, horrorizados ante las matanzas, huyeron hacia el sur mientras Vespasiano cerraba poco a poco el cerco sobre la Ciudad Santa conquistando Samaria. En esos momentos de zozobra, los esenios de Qumrán escondieron sus textos en la gruta en la que serían hallados 1.879 años más tarde. En otoño del año 68 llegó la noticia de la deposición y muerte del loco Nerón y el nombramiento de Galba como emperador. Vespasiano envió a Tito a Roma para presentarle sus respetos al nuevo César, pero en Grecia se enteró del asesinato de Galba y regresó junto a su padre.
Mientras tanto, otro iluminado sediento de sangre llamado Simón Bar Giora, consiguió reunir una gran fuerza de judíos descontentos y atacó Idumea devastándola en represalia por las matanzas de Jerusalén. En medio de la guerra contra Roma, el pueblo de Israel se desangraba en inútiles guerras civiles. Cuando Simón Bar Giora llegó a Jerusalén se enfrentó a Juan de Giscala en una horripilante matanza que duró días y días y en la que murieron miles de judíos inocentes, atrapados entre los dos bandos. Para entonces se habían sucedido en Roma Galba, Otón y Vitelio como emperadores en un año y Vespasiano, harto del caos, se hizo proclamar emperador por sus tropas y dejando la guerra al cuidado de su hijo partió para Roma no sin antes poner en libertad a José, el que le había profetizado un año antes que sería emperador y al que se otorgaría más tarde la ciudadanía romana tomando el nombre de Flavio Josefo en agradecimiento a su salvador Flavio Vespasiano. Tito, magnífico general y un auténtico lujo de persona, completó el cerco de Jerusalén con las legiones XII, V y X.
En Jerusalén, los zelotes andaban a espadazos entre sí divididos en dos grupos que se dedicaban a quemarse las provisiones unos a otros. Esas provisiones que hubieran podido ayudar a mantener alimentada a la enorme población refugiada y que ahora veía como los romanos rodeaban la ciudad sin remedio... y sin alimentos. La conquista de Jerusalén fue terrible. Los romanos avanzaron metro a metro sobre un terreno defendido fanáticamente por los judíos en medio de un hambre atroz que mataba más judíos que los propios romanos mientras los hombres de Juan de Giscala, enloquecidos por el hambre, se dedicaban a torturar y asesinar a más y más judíos en medio de una sanguinaria orgía que parecía no tener fin. Tras conquistar la Antonia, Tito ordenó el asalto del último baluarte: el Templo. A pesar de las órdenes expresas de Tito para evitar su destrucción, en medio de la lucha se incendió y quedó destruido. Todos los zelotes fueron ejecutados salvo 700 que fueron enviados a Roma para figurar en el Triunfo de Tito en el que se mostraron al pueblo de Roma los tesoros sagrados del Templo tomados como botín. Simón Bar Giora fue ejecutado en Roma y Juan de Giscala condenado a cadena perpetua.
El uniforme de los soldados fue variando a lo largo del tiempo, hasta el reinado de Claudio los legionarios llevaban como protección una cota de malla que fue substituida por hojas de hierro superpuestas, las medallas y placas de metal estaban fijadas en la coraza, debajo de esta llevaban una camisa de tela que acababa en un faldón y una prenda de cuero.
Las corazas metálicas al igual que las grebas o espinilleras estaban reservadas a los oficiales, un cinturón metálico servía para ajustarse la coraza y para colgar la espada.
Una de las grandes tácticas de los romanos en cuanto a su armamento fue el de copiar de los enemigos todo lo que les podía beneficiar, así por ejemplo su espada corta o Gladius Hispanicus era una adaptación de la Falcata Ibérica que causó estragos entre los legionarios durante los enfrentamientos que tuvieron con los auxiliares hispanos de Aníbal durante la II guerra Púnica, esta espada era ideal para el combate cuerpo a cuerpo debido a su doble filo y sus medidas de 50 cm. de largo por 7 cm. de ancho.
La Espada corta fue sustituida a partir del siglo III por la espada larga o Spatha. Los auxiliares recibían una espada más larga que la de los legionarios y en ocasiones una lanza también mayor que el Pilum.
La lanza corta o Pilum fue también una copia esta vez de los samnitas y estaba diseñada para romperse en el momento del impacto de modo que el enemigo no pudiera extraerla dejando así inutilizado el escudo que había sido perforado por la lanza.
Sus medidas eran de una asta de unos 120 cm. de largo donde se le insertaba una vara de hierro de unos 60 cm. aproximadamente.
La cabeza y el cuello se protegían con un yelmo de bronce. El casco semiesférico y con carrilleras, se adornaba la mayoría de las veces con un penacho de plumas o crines.
Los escudos, ovalados y fabricados en madera se recubrían con lino y piel de ternera, y después con unas bandas de hierro que servían de protección contra las puntas de las espadas, estos escudos ovalados y convexos fueron substituidos por otros rectangulares y cilíndricos.
Los romanos copiaron su escudo del modelo galo, que consistía en una gran placa ovoide o rectangular la mayoría de las veces, en el centro tenía una semiesfera destinada a hacer resbalar los proyectiles enemigos.
Una legión estaba formada por diez cohortes de 480 hombres cada una lo que nos da la cifra de 4.800 hombres en total, eso en teoría, ya que no parece que nunca las legiones estuvieran con sus cuadros completos. En Farsalia la media de efectivos por legión era de unos 3.000 hombres y en Alejandría se llevó dos legiones que entre ambas sumaban sólo 3.200 hombres, y sin embargo, lo que primaba de verdad no era el número sino la calidad de las tropas.
Normalmente cada centuria formaba como un cuadro de 10 x 8 hombres. Como la segunda centuria de cada manípulo bajaba para cerrar el hueco, la profundidad de la línea de combate de la legión era de 8 hombres. Puesto que eran tres las líneas que una legión podía presentar en el frente de combate, quedaba estructurado como una sucesión de líneas con 8 hombres de profundidad. Puesto que el secreto táctico de la legión no era otro que su flexibilidad, la línea de combate con 8 hombres de profundidad era la más racional y la que mejor se adaptaba a esa característica esencial. Pero si había que reducir la profundidad, esa misma flexibilidad operaba el milagro de permitir "adelgazar" las líneas.
Un manípulo fue una unidad de la legión romana. Estaba compuesta por un total de 160 infantes. Cada manípulo estaba compuesto a su vez por dos centurias de 80 hombres cada una. Tres manípulos formaban a su vez una cohorte de 480 hombres. El manípulo romano venía a equipararse a la compañía de infantería actual.
Un cuerpo de caballería legionaria, dividido en 10 escuadrones (turmae) de3 decurias cada uno, totalizando 300 jinetes o equites
En los primeros tiempos de Roma decurión equivalía a cabo o jefe de diez soldados. La decuria era un pelotón de diez soldados y a su jefe lo llamaban decurión. Los honores que correspondía a este empleo militar variaban según el tipo de tropa mandada ya que un legionario en los mejores tiempos de la milicia romana hubiese encontrado deshonroso ser decurión de las vélites y eran de tres clases:
De infantería.
De infantería de los aliados.
De la caballería.
Los decuriones llegaron a mandar de 50 a 100 jinetes.
Los auxilia, son tropas no itálicas que apoyan a la legión y suplen el defecto de ésta en armas especiales, de las más conocidas son la caballería númida, los honderos baleares y los arqueros cretenses. Mantienen la estructura propia del país de origen y se agrupan en cohortes. Son, en su mayoría, tropas de carácter mercenario, bien por alistamiento individual o por medio de un príncipe o jefe de los lugares de origen.
Los equites singulares eran un cuerpo especial de caballería romana formado por soldados elegidos por su valor, destreza e integridad de entre los que servían en las unidades auxiliares del ejército romano, alas y cohortes. Se dedicaban a la protección y escolta (guardia de corps), de personalidades y dignatarios romanos, especialmente de los gobernadores provinciales.
Uno de los apartados más sorprendentes del sistema militar romano es el campamento. Los romanos articulaban toda su estrategia en base a los campamentos fortificados que albergaban sus legiones. Sus campamentos de invierno o en época de paz eran semipermanentes, construidos de madera y argamasa si eran campamentos eventuales o de piedra si eran campamentos permanentes. Muchos de estos campamentos crecieron hasta convertirse en ciudades, como por ejemplo la ciudad de León.
Pero lo verdaderamente sorprendente eran los campamentos que los legionarios construían al final de cada marcha de 30 kilómetros o más. Un completo campamento fortificado que era destruido al día siguiente, antes de volver a iniciar la marcha. Así construían sus campamentos: En primer lugar se buscaba el lugar ideal. A ser posible una gran llanura con agua cerca. En segundo lugar, un centurión experto en topografía trazaba el rectángulo perfecto (si era posible por el terreno) que habría de contener el campamento ayudado por un instrumento topográfico llamado groma y marcaba con lanzas la posición de las tres avenidas principales del campamento.
Una parte del ejército se colocaba en línea de batalla frente a la zona por la que podría aparecer el enemigo mientras la otra mitad de los legionarios cavaban un foso (fosa) de 4 metros de ancho y tres de profundidad con forma de V. La tierra extraída del foso era apilada formando un terraplén (agger) cubierto en su parte frontal por porciones de tierra con hierba, ya que así permanecería compacto.
Había tres tipos principales de campamentos de campaña
·El primero es el campamento de marcha en una zona segura, con un pequeño foso y terraplén.
·El segundo es un campamento de marcha frente al enemigo. El foso y el terraplén se han agrandado.
·El tercero es un campamento de asedio prolongado con murallas formadas por dos muros de piedra con el espacio interior relleno de cascotes.
Una vez levantado el terraplén, los legionarios clavaban en lo alto las estacas que llevaban atándolas entre sí, formando una sólida empalizada.
A medida que eran levantadas las defensas, las unidades iban entrando en el campamento y montando las tiendas ordenadamente. Cada tienda se montaba siempre en el mismo lugar como si de una ciudad se tratara, con calles y plazas. Cada ocho legionarios tenían una tienda de cuatro plazas, ya que la mitad del ejército siempre estaba de guardia. Las tiendas se montaban dejando un espacio con el terraplén de unos 30 metros para mantenerlas alejadas de proyectiles lanzados desde el exterior.
Así defendían los legionarios la empalizada llegada la ocasión. Aunque los romanos seguían al pie de la letra la máxima espartana "Que sean los hombres los que defiendan a los muros y no los muros los que defiendan a los hombres". La ventaja táctica de las legiones estaba en el combate en campo abierto, aunque estos campamentos les proporcionaban una seguridad que no conoció ningún otro ejército en campaña en la Antigüedad
Aqui os deo un video de una recreaciòn de una campamento romano
Los campamentos romanos eran una obra de ingeniería y velocidad, un ejército en marcha construía un campamento completamente fortificado al finalizar la marcha del día y lo destruía a la mañana siguiente antes de seguir su camino.
Campamentos eventuales
Los campamentos eventuales que eran construidos al finalizar la marcha diaria y destruidos al marcharse del lugar se construían siguiendo un orden y disciplina muy estricta.
Después de buscar una llanura cerca del agua un Centurión experto en topografía trazaba el rectángulo del campamento, con la ayuda de la Groma, instrumento topográfico utilizado para observar y establecer líneas directas y ángulos rectos.
Una vez marcado el rectángulo parte del ejército se situaba en posición de batalla frente a la zona por donde podría aparecer el posible enemigo, mientras la otra parte cavaba un foso (Fosa) de cuatro metros de ancho por tres de profundidad, utilizando la tierra extraída para realizar el terraplén (Agger) de protección donde eran clavadas estacas, atadas entre sí para formar la empalizada.
Al mismo tiempo que se levantaban las defensas, las diferentes unidades iban entrando en el campamento para ir montando las tiendas, que eran montadas siempre en el mismo lugar.
Dependiendo de la vulnerabilidad de la zona se construían varios tipos de campamentos.
Si se estaba en una zona segura, se construía un campamento con un pequeño foso y terraplén. Si en cambio el campamento se construía cerca del enemigo el foso y el terraplén se agrandaban. En caso de un campamento de asedio prolongado se construían con murallas dobles rellenas de cascotes.
Campamentos permanentes
Los campamentos permanentes hechos en piedra eran utilizados como campamentos de invierno. En época de paz se convertían en pequeñas ciudades con una extensión de unas veinte hectáreas para albergar una legión.
El diseño de los Campamentos era extremadamente simple, un muro perimetral, rectangular casi cuadrado, con las esquinas redondeadas para poder defenderse mejor, que envolvía el recinto y que contaba con torres de vigilancia y con puertas en el centro de cada uno de los lados. Estas muro perimetral consistía en dos murallas paralelas de sillería rellenando el espacio medio entre estás con piedras, mortero y hormigón romano. Las murallas tenían una altura y tamaño variable dependiendo de la situación militar del campamento.
En el centro del campamento donde se cruzaban las dos calles principales (vía Praetoria y vía Principalis) se levantaba la tienda del general o Praetorium, junto a esta tienda había un pequeño foro y al otro lado el Questorium o sede la intendencia.
La vía Principalis dividía el campamento en dos secciones, una destinada a los mandos y la otra al grueso del ejército. En los campamentos se disponía de salas de ejercicios, almacenes, un hospital (Valetudinarium) y termas. Muchas de las ciudades romanas surgen de los asentamientos de los campamentos romanos.
El mundo romano era un "mundo limpio"... al menos teóricamente. Los acueductos, las termas, las fuentes que plagaban el Imperio nos dan fe de ello. Evidentemente, había zonas más saneadas que otras y zonas que parecían vertederos dentro de la misma ciudad de Roma, pero el agua corriente y la higiene personal, verdadera obsesión de los romanos, hicieron de Roma un mundo mucho más saneado que los anteriores y los posteriores. El desarrollo tecnológico conseguido por Roma, un desarrollo que no sería alcanzado hasta las postrimerías de la Edad Media, posibilitó el avance de la medicina. Basta señalar que para tratar la peste, los médicos romanos aplicaban tratamientos de desinfección mientras que en el siglo XIV se ponían caretas para tratar de "asustar" a la enfermedad. Sin antibióticos ni otros adelantos, la medicina romana, heredera directa de la medicina griega que es la gran medicina de la Edad Antigua, consiguió grandes logros gracias a un factor fundamental: la transmisión de los conocimientos a través de las obras escritas. Gracias a esto las obras científicas fueron recopilándose en las bibliotecas al alcance de todos, mientras que en la Edad Media la mayoría de las obras escritas desapareció y las pocas que quedaron se salvaron gracias a que los monjes las copiaron y guardaron celosamente en los monasterios. El Mundo Romano sirvió como grandiosa correa de transmisión de la cultura clásica, y gracias a ello, un médico tenía a su alcance consultar obras escritas cinco siglos antes, lo que fue de enorme ayuda para tratar las dolencias, a base de experiencia.
La sanidad militar romana fue la más eficaz de la Historia hasta la organización de los Tercios españoles en los primeros años del siglo XVI. En cada campamento romano había un gran edificio, el valetudinarium u hospital, donde los médicos militares trataban las dolencias de la guarnición. Los instrumentos encontrados en las excavaciones tienen una similitud prácticamente exacta con los usados hasta hoy día, lo que indica el alto grado de perfección conseguido por la sanidad militar romana.
El salario
El ejército romano era un ejército bien pagado comparado con otros ejércitos incluso de nuestros días. El salario de los soldados era aproximadamente el siguiente:
GRADUACIÓN
DENARIOS
Legionario
225
Pretoriano
500
Centurión
1.250 / 2.500
Primi Ordines
5.000
Tribunus semestris
12.500
Tribunus laticlavius
30.000 / 50.000
Tribunus angusticlavius
25.000
Praefectus castrorum
30.000
Praefectus alae
25.000 / 30.000
Tribunus cohors urbanae
50.000
Tribunus cohors praetoriae
50.000 / 75.000
Primus Pilum iterus
50.000 / 75.000
Además del salario, el legionario recibía extras como donaciones o partes de botín, premios en metálico, etc. La mitad de estos extras eran depositados obligatoriamente en la caja de la legión, en una cuenta que debía servir para pagar sus honras fúnebres en caso de muerte o para asegurarles el retiro al licenciarse.