miércoles, 26 de octubre de 2011

Hispania

Se conoce como Hispania Romana a los territorios de la Península Ibérica durante el periodo histórico de dominación romana. Hispania se convirtió en una parte fundamental del Imperio romano, proporcionando a éste un enorme caudal de recursos materiales y humanos, y siendo durante siglos una de las partes más estables del mundo romano y cuna de algunos gobernantes del imperio.

La sociedad hispana se organizó como la del resto del Imperio romano, en hombres libres y esclavos. Los hombres libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. Los esclavos, en cambio, no tenían ningún derecho y eran propiedad de algún hombre libre. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres. Hispania esta dividida en tres provincias:

·  Bética (o Baetica) en el sur. La Bética comprendía más del 75% del territorio de la actual Andalucía y una parte de Extremadura: la mayor parte de las provincias completas de Huelva, Sevilla, Cádiz, Málaga y Córdoba, la mitad occidental de las de Granada y Jaén, una quinta parte de la de Almería y parte del sur de Badajoz.
 

·  Lusitania en el oeste peninsular. Los límites de Lusitania se fijaron en el territorio comprendido entre el Duero y el Guadiana,  incluyendo aproximadamente lo que hoy es Extremadura, Portugal (salvo la región entre el Miño y el Duero), casi toda la provincia de Salamanca, parte de la provincia de Zamora, el territorio occidental de la provincia de Ávila y el occidente de la provincia de Toledo (hasta zona de Talavera de la Reina).


·  Tarraconense en el este. Comprendía las regiones al norte y al sur del Ebro, desde los Pirineos al norte hasta Sagunto al sur, el valle de Duero, excepto la zona de su orilla meridional entre el Tormes y su desembocadura en Cale (Oporto, Portugal), los valles del Tajo y del Guadiana hasta los límites con la Lusitania, y el extremo oriental de Andalucía.

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