miércoles, 9 de noviembre de 2011

Los Tipos de Gladiadores de la Epoca(III)


Gladiador Secutor


Un secutor (en plural, secutores) era un tipo de gladiador de la Antigua Roma. Conformaban la división menos equipada de los juegos romanos. Su armamento consistía en:
  • Una espada (gladius) o una daga (pugio).
  • Un escudo rectangular y pequeño.
  • Un casco esférico.
El secutor ("perseguidor") estaba armado de forma similar al gladiador tipo mirmillo. Se cree que pudieron haberse originado alrededor del año 50 d. C. El secutor estaba especialmente entrenado para enfrentarse contra el reciario, un tipo de gladiador armado con un tridente y una red. El poco equipamiento los hacía ágiles en combate.



Gladiador Retiarius

 

Un reciario (en latín, retiarius y en plural, retiarii), fue uno de los distintos tipos de gladiadores de la antigua Roma que combatían con un equipamiento parecido al utilizado por los pescadores: una red lastrada (rete, de donde procede el nombre), un tridente (fuscina o tridens), y una daga (pugio).

Luchaba con un armamento ligero, protegiéndose con un brazalete llamado lorica manica y un protector del hombro que recibía el nombre de galerus o spongia. Su vestimenta estaba generalmente compuesta ya por unos ropajes de algodón llamados subligaculum, que se sujetaban con un cinturón ancho (balteus), o bien por una túnica corta. No llevaba protecciones en el calzado.

El reciario debía subsanar su carencia de protección con su velocidad y su agilidad, a fin de evitar con ello los ataques de su oponente y esperar su oportunidad. Primero intentaba lanzar la red a su rival y, si tenía éxito, atacaba con su tridente mientras su adversario estaba inmovilizado. Otra táctica era enganchar con la red el arma de su enemigo y tratar de arrancarla de sus manos. Cuando fallaba con la red, el retiarius solía desecharla y tratar de utilizar sus otras armas, si bien a veces intentaba recogerla para un segundo intento. Normalmente se veía obligado a confiar en su tridente y en su daga para acabar la lucha.

Con el tridente, que alcanzaba una longitud equivalente a la altura de un hombre, el retiarius podía mantenerse a distancia del secutor y atacar desde lejos. Era un arma importante, capaz de infligir daños en cualquier parte del cuerpo del enemigo que no fuese bien protegida. La daga era su última opción en el caso de que también perdiese el tridente, y se reservaba para cuando era necesario el combate cuerpo a cuerpo



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